

@AKAcamiseta
Participante
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26 junio, 2021 a las 7:09 pm ver respuesta
¡Saludos!
Aquí va mi participación en el Concurso SUEÑOS DE GLORIA.
Suerte a todos.
GLORIAS VARIAS
Para mí, antes, la gloria era otra cosa.
Era ser astronauta; la primera de la familia en estudiar una carrera, la primera. O vivir frente al mar. El país lo permitía: Era un paraíso terrenal, sin serpientes.
Mis padres, emigrantes llegando con una maleta a la que no añadieron ni sus miedos a lo desconocido ni los horrores y miserias que dejaban atrás, asentaron sus pies en una tierra donde el sol deslumbrante les puso la callosa mano por visera, para otear, en el nuevo horizonte tropical, surcos solo visibles para los que una vez algo tuvieron y perdieron.
Descubrir otros paisajes conduciendo un auto de tercera mano, pero propio, para mi padre era una de sus glorias. Para mi madre, algunas de las suyas: Un sol que le secaba la ropa en dos horas y poseer una radio que emanaba boleros.
Crecí libre, estudiando lo que mis viejos nunca aprendieron, sumando destrezas que ellos nunca imaginaron que podrían darme. Detrás del mostrador de tenderos, había mucha gloria en empujar a sus hijas al mejor porvenir posible.
Sí, esa gloria elegida estaba casi en nuestras manos; solo debíamos enfocar el esfuerzo, y si la suerte era pertinente, nos esperaría consecuente.
Ocupados en las faenas, creyendo en la estabilidad del equilibrio, no levantamos la mirada más allá, no vimos al monstruo que nos cercaba, sigiloso, subterráneo, tenaz. El crujido fue aumentando en ritmo y volumen. Alarmados, de pronto lo vimos triturar puertas, ventanas, paredes, los familiares cimientos. Al enfrentarlo, sus dientes afilados nos rasgaron las manos.
Mientras retrocedíamos a pasos cortos, pasmados de miedo, recogimos a los hijos del asfalto y los lanzamos lejos, muy lejos, por encima de concertinas y barrotes, flotando sobre nubes de gases venenosos, mientras buscábamos un noble espacio con palmeras donde esparcir las cenizas de los tenderos que llegaron con una sola maleta.
Los que vamos quedando ya miramos al horizonte cara a cara, prevenidos, cautos: El monstruo se relame triunfador. Intuimos en su naturaleza otro zarpazo. Apesta su hedor banal pero certero. En nuestro inventario quedará el que le arrancamos a nuestros hijos de sus aceradas uñas sucias.
Para mí, ahora, si mis hijos son libres, aunque estén lejos, esa es la gloria.
https://wordpress.com/post/akacamiseta.wordpress.com/58
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