Bajo puentes abandonados,
paseo como caudal del río Magdalena
que parte Chimalistac.
Hay un agujero inefable en la fuente;
de una piedra negra con torrente,
descienden hilos que van a dar al vacío.
Reconozco el órgano,
los pasos lentos que deshacen el cuerpo.
El frío metafísico de casas abandonadas,
presencia de otro tiempo.
Uno a uno los pensamientos hondos se esparcen,
como bugambilias caen entre piedras,
por la calle del silencio.