Allí los signos salen disparados
y no hay tiempo para someterlos.
No hay entendimiento,
nunca lo ha habido.
Un estado Barroco de los signos
que emana inconsciente,
caos indiferente
y Surrealismo sin fondo.
Mar de relaciones de velocidad,
compuestos de sensaciones,
afectos y percepciones,
sin más.