En el juego de jugar
aun entrada en años
tendida en una alfombra
garabatea en el suelo
tan excepcional
como el olvido
entre la inocencia
y el quiebro
habita el quiero
El olvido y el amor (/deseo?), sin ellos nuestra existencia se haría difícilmente transitable. ¿Garabatear en el suelo? ... sí, claro, no hay que perder las buenas costumbres 😉
Un placer sumergirme en el hipersugerente minimalismo de tus versos, Rosa. Abrazo.
El olvido y el amor (/deseo?), sin ellos nuestra existencia se haría difícilmente transitable. ¿Garabatear en el suelo? ... sí, claro, no hay que perder las buenas costumbres 😉
Un placer sumergirme en el hipersugerente minimalismo de tus versos, Rosa. Abrazo.
Noo. "Tan excepcional" hace alusión a la primera estrofa, a "no perder las buenas costumbres", es decir, a mantenerse al margen del mundo, je.
Como el olvido... Estar en lo que se está, un tanto infantil (que tampoco tanto), lejos de frustraciones, pérdidas, desgracias y demás regadíos. Claro, sin perder la “carpeta” mental. Más bien de quedarme con que el ser humano es el único animal que ha creado (toda la comunidad de hablantes) la inmejorable compañía del lenguaje.
Bueno, el amor, somos en él. Cada uno. No hay duda que en compañía, muy pocas veces, se vuelve prenda (crea). Aunque se silencie, es el mínimo requerido. Como la vida misma. Otra cosa es el útil de la palabra “amor”, como ideal es estático; una encerrona, un reclamo a lo emocional, proveniente de la familia de las moralinas.
El mío, Luis. El placer es mío. Gracias
Abrazo