Me detengo en unos hombros que serpentean,
el cielo está abierto y la noche es ligera.
El manto rasgado deja entrever la cúpula negra,
hay un tumulto Barroco de sonidos y texturas,
más cercano a esto el negativo.
Olas que como latigazos resuenan,
la curvatura se extiende
y la mirada se integra.