Hay días en que te escondes
en la normalidad de las cosas.
Escuchas lo que dicen
sin que noten lo que piensas.
Respiras por costumbre,
hablas sin estar presente.
Por fuera, tranquila.
Por dentro, doliente:
una tormenta muda y latente.
Perdida en ese abismo tan hondo,
que no notas que a tu lado
yo también me escondo.
Bien Mariela, buena historia. ¿Es tuya?