Al lado del Sena los corredores me despiertan. Estoy inmerso en el intercambio de signos de una ciudad activa con un movimiento heterogéneo. Los actos reactivos son reducidos, la libertad no es para cualquiera.
Siento la multiplicidad esparcida entre calles, hay caos. La diferencia se inserta en el continuo, hay vida. Para existir no hace falta ningún esfuerzo, las fuerzas no son sino que devienen.