Un mal es una fuerza densa,
se arrastra y desintegra.
La impresión insoportable
de placas de hierro chocando en una atmósfera,
que te hace retroceder hacia el abismo
con todo y escenario.
Tuerce los nervios,
revela el miedo.
Es un comal tiznado que nada refleja,
el ejercicio de la tristeza.
La buena intención jalando el hilo que te descose,
un eclipse en la voluntad,
la forma del bien impuesta.
La maltrecha apuesta.
Tiene solidez en su palabra y un yo poético sumiso a una fragilidad que lo aprisiona. Si fuera por mí, destilaría las estrofas para concentrar la cadencia de las imágenes y separaría más los versos, permitiendo que el poema respire y que tu idea enrede al lector en cada bloque hasta el final. Te volví a leer (tigua) Si "Quero" es tu apellido tiene algo que me agrada
Cuando lo escribí sentía esa angustia y a la vez pensaba ¿Qué hacer para transmitir esta sensación densa? Quizá pueda saturar de imágenes el espacio y aplicar una cadencia lenta.