Vivo entre sendos abismos,
a ras de una frontera invisible.
El futuro llegó sin avisar,
lleva un rato sentado en el patio.
Olvidé unir a mi horizonte la continuación del pasado,
no asistí a la construcción del hábito.
La desintegración de la identidad
es una torsión en la temporalidad; los objetos están vacíos,
la función cortada,
la emoción desnuda.