Los santos me han dado la espalda, arrojan sobre mí su desgracia.
Cae un corte sobre la tela, veo tiras de plata escurridas, una peregrinación de errantes sobre un suelo cavernoso.
El cielo es un hueco, la esposa de Lot al fondo, humo de sulfuro lento y silencio.
Una colonia de silencios.